Leo en el título del diario de hoy , Gobernadores acuerdan proteger los glaciares, y cuando veo la patética foto en fila, descubro que es un calco de otra que días atrás exhibieron sin pudor cuando fueron a comer del plato del gran titiritero. Solo faltan el dueño del oro y la presidenta, pero los lugares que ocupan de izquierda a derecha son exactamente los mismos.
Al ver los monigotes de peluche de la rebuscada serie que se empeñaba en hacernos admirar el estilo americano de vida, uno se preguntaba, quién los habrá ordenado así, y por qué tan puerilmente…
"Nos reunimos para definir el tema de los glaciares en donde todos estamos de acuerdo en no tocarlos", afirmó el mandatario.
Beder Herrera destacó que La Rioja posee un escaso caudal hídrico por lo que consideró que las leyes nacionales no afectarán directamente a la provincia.
"Nosotros en la provincia tenemos muy poca agua y mucho menos agua congelada, salvo en el Famatina o en algunos picos de la cordillera. Con el resto de las provincias queremos ponernos de acuerdo en cuidar los glaciares pero aquellos que son permanentes no como en el caso nuestro que prácticamente no tenemos.
Esta ley prácticamente no la toca a La Rioja porque no hay glaciares pero queremos ser solidarios y bregar por una legislación nacional acorde a las necesidades de cada provincia", sostuvo.
Extraña construcción lógica o una mala jugada del subconsciente: Están de acuerdo en no tocarlos, pero -las leyes nacionales no afectarán directamente a la provincia-. No afectarán, tal vez porque queda libre el camino para los negocios.
No adelantemos juicios, repasemos el siguiente renglón: -Tenemos poco agua- eso lo sabemos todos.
A continuación se lee: –salvo en el Famatina, o en algunos picos de la cordillera- progresa el ninguneo –queremos ponernos de acuerdo en cuidar aquellos que son permanentes, no como en el caso nuestro que prácticamente no tenemos- ya está: Desaparecieron.
Nada por aquí, nada por allá. Como un truco de la Rana René para seducir a miss Peggi, sin galera ni varita, desaparecieron los glaciares. Diría el dictador asesino, los desaparecidos, no son, no están, no existen.
Por eso se hablará de -glaciares no permanentes- es decir los que pueden sustraerse como por arte de birlibirloque. Conviene preguntar cuál es el truco.
En el libreto, si los glaciares son agua congelada, la argucia es despojarlos, de la importancia de su función central en el ciclo de recarga del acuífero, renombrándolos –agua congelada- .
Explican los glaciólogos que como una antena para-rayos, los glaciares y el permafrost, también el hielo glaciar que se encuentra bajo la piel de las montañas, atraen las nubes formadas por la evaporación que el sol durante el día levanta del valle, humedecido por el riego de canales que acarrean el agua de los ríos de superficie o de bombas que la toman del subsuelo.
Es el espectáculo deslumbrante que vemos cuando amanece el Famatina espléndido de azul y cielo para comenzar a vestirse de blanco a lo largo de la jornada hasta quedar escondido tras las nubes, antes que la noche ascienda a sus picos más elevados y luego con las primeras horas del siguiente amanecer vuelva a mostrarse en toda su plenitud, alta y límpida su frente nevada.
Saint Exupery enseña, que lo esencial es invisible a los ojos.
Es el balance hídrico, del que hablan en su jerigonza los técnicos entusiastas del PowerPoint, el ciclo del agua, explicarán con tiza y pizarra la maestra rural, el profe de geografía y Massaru Emoto podrá ilustrar los misterios de la vida que nos enseña el agua de dónde venimos.
Sin glaciares y sin permafrost, las montañas de orgullosa testuz nevada o blancas nubes cual elevados pensamientos que la visten de ausente, quedará calva y patética como los exasperantes pedregullos, que muestran sin pudor la aridez y hostilidad de las montañas de Afganistán o de Irak en cuyos valles y quebradas las tormentas que azotan los ventisqueros son tormentas de arena.
Sin antena para Nubes, no harán falta aviones rompe-tormentas, con misiles cargados con sales de plata, para que los vientos de altura arrebaten llevando muy lejos, lo que durante todo el año, un sol riojano compinche y socarrón, restaura en la cima de las montañas.
La pluvial recarga, se produce cuando el sol promueve sobre el valle las nubes, formadas con la humedad que se levanta paciente y solícita para hacer el camino del aire y viajar por el cielo en cúmulos nimbos hacia lo alto de la montaña donde engendra la vida.
Sin los glaciares, destruido el permafrost en el corazón de las montañas, sin el imán de las nubes, el proceso de desertificación se acelera, el agua migrará rápidamente dejando como vestigio zondas más calurosos y secos, las reservas de agua del subsuelo acortarán su vida útil, la vida será una hazaña digna de talibanes que se debaten en el desierto donde florece el oro, negro, dorado, o del color que sea, pero sucio de vergüenza, por la peor de todas las contaminaciones: la pobreza de espíritu, de los que tienen en sus manos la esperanza y la consideración de sus conciudadanos.
Frente a la avaricia y la gula, ante la soberbia y la mentira hay muchas herramientas con las que los pueblos históricamente enderezaron su rumbo. Entre las más poderosas se cuenta, la verdad, que une y fortalece a esos pueblos que desde un corazón solidario y comprometido siempre están dispuestos a luchar por la justicia.