lunes, 17 de noviembre de 2008

Es hora de minga


El mensaje no puede ser más claro:

Es hora de minga, de tequio, del esfuerzo compartido por el bien común.

"El modelo económico y su TLC… el régimen de terror… sus actos de barbarie… las leyes para robar, empobrecer y despojar… el incumplimiento de la palabra empleada desde siempre para engañar…(todo eso) nos convoca y es un mandato."

En su comunicado del 7 de noviembre, la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte de Cauca (ACIN) se refiere a Colombia, pero sus palabras pueden igualmente referirse a México y a casi todas partes.

Estamos en la Cuarta Guerra Mundial, de la que nos advirtieron hace tiempo los zapatistas: una guerra sin frente, la primera realmente total, guiada por la codicia sin límite, la rapacidad y la destrucción cínica de la naturaleza, la ética y la dignidad.

"El que manda y decide es el pueblo", subraya la ACIN.

"Son todos los sectores que concuerdan… con la decisión de tejer una agenda, de convertir un país con dueños en un país de los pueblos.

Por eso la minga de los pueblos: aunque algunos pretendan otra cosa, no es la agenda de un sector, o de unos líderes, o de algunas instituciones o personas.

No sería minga si ese fuera el camino. Sería a lo sumo remplazar a los que mandan por otros.
Eso no es lo que dice la agenda… Si hay una sola persona o un solo sector que se sienta capaz de asumir toda esta tarea no ha entendido la minga, no reconoce la agenda, ni sus propias capacidades y limitaciones.

A remplazar la mentira con los hechos. Minga para que podamos hacer minga.

"Quienes escribimos estas líneas desde un rincón orientado por el compromiso, la humildad y la decisión tomada, nos negamos a asumir la responsabilidad como indígenas de cargar con el peso de toda la lucha y rechazamos también a quienes pretenden liderar desde un sector y controlar la minga.

"Desde la capacidad, el dolor y la experiencia, desde la necesidad y la sabiduría, vamos a coordinarnos para que la minga sea el camino y los pueblos el medio para realizarla. Las mingas no tienen dueños. Son de los pueblos.

"Las palabras sin acción son vacías. La acción sin palabras es ciega. Las palabras y la acción por fuera del espíritu y mandato de la comunidad son la muerte."

La ACIN circuló este mensaje con sentido de urgencia. "Solos no podemos", subrayaron. "O hacemos minga o no cambia nada."

De eso se trata hoy. En todas partes. Como puede verse, por ejemplo, en el riesgo Obama.

Durante el tercer debate con McCain, Obama señaló que los estadunidenses, como tantos otros pueblos, estaban hartos de las políticas y de la política, las policies y la politics, la orientación de la administración de Bush y el estilo dominante de hacer política.

Tiene razón. Los pueblos están enterrando al mismo tiempo el neoliberalismo y el estilo dominante de hacer política, con el ataque sucio a los contrarios, la exaltación acrítica de los propios y el abierto predominio de la mercadotecnia política, la falta de información y los "poderes fácticos".

Consciente de ello, Obama inspiró y concertó una organización ciudadana sin precedentes en Estados Unidos: millones de personas, hasta entonces entregadas a la indiferencia cínica, apelaron a sus propias tradiciones para hacer una forma de minga y llevarlo al triunfo.

Algunos lo hicieron sin rendirse al juego. Estaban convencidos de que, a pesar de sus notables habilidades, Obama no podría cambiar las cosas en Washington: nadie puede realizar, desde arriba, los cambios que hacen falta. Pero pensaban que, en la circunstancia, podría articular la organización en la base social e inspirar formas de movilización que tendrían la potencialidad de convertirse en movimiento. A eso le apostaron y en eso están.

Pero otros muchos se dejaron llevar por la fascinación de un líder carismático y el 4 de noviembre se retiraron, satisfechos, a esperar los resultados de la proeza a la que contribuyeron.

Empezaron así a disolverla, a convertirla en su contrario. El propio Obama, en su espléndido discurso de esa noche, estaría respaldando una actitud que les ata las manos y lo lleva en la dirección equivocada al celebrar sin reservas ni matices un ejercicio democrático que ese mismo día había mostrado sus incontables deficiencias y al reiterar sin pudor elementos centrales del viejo discurso imperial de Estados Unidos.


Es hora de minga. No es el tiempo de líderes carismáticos, vanguardias iluminadas o reacomodos institucionales. Sólo juntos, desde abajo y a la izquierda, podemos hacer frente a las innumerables catástrofes que nos agobian y se agravan continuamente.

Información de la lucha de Cerro de San Pedro en contra de la Minera San Xavier
13MB/27MB 02.06.2007 - RADIO INSURGENTE

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"Hoy nos encontramos en una nueva fase de la humanidad. Todos estamos regresando a nuestra casa común, la Tierra: los pueblos, las sociedades, las culturas y las religiones. Intercambiando experiencias y valores, todos nos enriquecemos y nos completamos mutuamente. (…)

(...) Vamos a reír, a llorar y a aprender. Aprender especialmente cómo casar Cielo y Tierra, es decir, cómo combinar lo cotidiano con lo sorprendente, la inmanencia opaca de los días con la trascendencia radiante del espíritu, la vida en plena libertad con la muerte simbolizada como un unirse a los antepasados, la felicidad discreta de este mundo con la gran promesa de la eternidad. Y al final habremos descubierto mil razones para vivir más y mejor, todos juntos, como una gran familia, en la misma Aldea Común, bella y generosa, el planeta Tierra."

Leonardo Boff, Casamento entre o céu e a terra. Salamandra, Rio de Janeiro, 2001.pg09

Hacia un Socialismo Nuevo La Utopía continúa

¿Qué cambios hemos experimentado en función de las lecciones que nos ha dado la historia? ¿Qué actitudes, qué acciones son de esperar hoy de una militancia socialista? Nadie nace socialista, el socialista se hace. Personalmente y comunitariamente. Hay valores referenciales, eso sí, que son columnas maestras del socialismo nuevo: la dignidad humana, la igualdad social, la libertad, la corresponsabilidad, la participación, la garantía de alimento, salud, educación, vivienda, trabajo, la ecología integral, la propiedad relativizada porque sobre ella pesa una hipoteca social.

La Utopía continúa, a pesar de todos los pesares. Escandalosamente desactualizada en esta hora de pragmatismo, de productividad a toda costa, de postmodernidad escarmentada. La Utopía de que hablamos la compartimos con millones de personas que nos han precedido, dando incluso la sangre, y con millones que hoy viven y luchan y marchan y cantan. Esta Utopía está en construcción; somos obreros de la Utopía. La proclamamos y la hacemos; es don de Dios y conquista nuestra. Con esta «agenda utópica» en la mano y en el corazón, queremos «dar razón de nuestra esperanza»; anunciamos e intentamos vivir, con humildad y con pasión, una esperanza coherente, creativa, subversivamente transformadora.

Pedro CASALDÁLIGA

Para probar si sos human@


UTOPÍAS


Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías

cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza

cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea

cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada

cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro

cómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía


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Escrito por "Mario Benedetti"
Tomado de "Praxis del fulano" del libro "Las soledades de babel"

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