En las elecciones de hoy, la Cámara de Diputados renueva la mitad de sus miembros, 127 de un total de 257 bancas.
El bloque oficialista que comanda el santafesino Agustín Rossi comenzó el año pasado con 129 legisladores y fue menguando su tropa, con la profundización del conflicto con el campo, hasta quedarse con 115 kirchneristas puros.
De ese total, el Frente para la Victoria arriesga 60 escaños –y 11 de sus aliados incondicionales– y la gran contienda es la provincia de Buenos Aires: sólo allí pone 20 de los 35 escaños en disputa.
La batalla electoral en territorio bonaerense es reñida y, según todos los sondeos, sería imposible que la lista encabezada por Néstor Kirchner retenga las posiciones en danza en estos comicios.
También enfrenta escenarios complicados en la ciudad de Buenos Aires –siempre adversa al peronismo–, en las provincias de Córdoba y Santa Fe, dos distritos clave en los que se sintió fuerte la pelea por las retenciones a la soja, y en Mendoza, la tierra del ex gobernador y vicepresidente Julio Cobos, quien intenta probar en las urnas su proyección a 2011.
Más allá de los resultados del Frente para la Victoria, el oficialismo tomará en cuenta la posición de sus aliados incondicionales y otros circunstanciales a la hora de las votaciones. Contabilizados los 115 kirchneristas y los adherentes más fieles, suman 141 bancas, de las que se renuevan en estos comicios 71.
No es un dato menor. Este esquema de aliados fue especialmente necesario después del “voto no positivo”, que echó por tierra la Resolución 125 y le significó al Gobierno un goteo incesante de diputados de sus filas.
Fue ese hecho político también el punto de partida del eje opositor conformado por el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, el empresario y diputado Francisco de Narváez, y el hasta ese momento kirchnerista Felipe Solá.
Entre los aliados de la Casa Rosada los radicales K (5) y el Frente Cívico Santiagueño (6). También le dieron su apoyo en determinados proyectos el Movimiento Popular Neuquino (3), Encuentro Popular y Social, donde está el socialista Ariel Basteiro, el bloque de Solidaridad e Igualdad, del ex ARI Eduardo Macaluse, y el diputado Claudio Lozano, de Proyecto Sur, el mismo espacio que lidera el candidato porteño y cineasta Fernando “Pino” Solanas.
Así se explica que mientras iba perdiendo peso, el bloque oficialista armó estrategias parlamentarias y, aún después de la negativa por la 125, logró la aprobación de iniciativas muy discutidas por la oposición, como la expropiación de Aerolíneas Argentinas, la estatización de las jubilaciones, y el presupuesto 2009 con superpoderes incluidos.
Desde la oposición negocian impulsar una agenda común, que incluye temas sensibles para el Gobierno, como el debate sobre los “superpoderes”, la contrarreforma del Consejo de la Magistratura y medidas económicas. El Ejecutivo tiene en carpeta otros asuntos espinosos, como la nueva Ley de Radiodifusión.
Lo cierto es que si bien el espacio opositor fortalecería su presencia en Diputados, estará atomizado. En relación de fuerzas, el segundo lugar en la Cámara baja lo ocupa el espacio integrado por la UCR, la Coalición Cívica, el cobismo y los socialistas. En total, son 66 y ponen en juego 28 escaños.
Erigidos para esta campaña como verdugos de Kirchner, la alianza conformada por Macri, De Narváez y Solá intentará sumar bancas anti-K. ¿Qué peso tiene esa fuerza actualmente en el Congreso? Entre los bloques de Propuesta Republicana, que responde a Macri, Unión Celeste y Blanco, de De Narváez, y Unión Peronista, de Solá, llegan a 20 diputados. A ésos, habría que agregarles otros 13 legisladores que funcionan como aliados.
En el Senado, el oficialismo se juega la mayoría. Hoy se renueva un tercio de la Cámara alta, es decir, 24 de las 72 bancas que tiene ese cuerpo. En este turno, van a competir ocho provincias: Santa Fe, Tucumán, Catamarca, Chubut, Córdoba, Corrientes, la Pampa y Mendoza.
El kirchnerismo cuenta con 38 escaños, un miembro más que el necesario para conseguir quórum. Aunque siempre consigue dos o tres aliados circunstanciales más. De los 24 senadores que se recambian, hay 11 oficialistas, 7 radicales, 2 justicialistas disidentes, dos de Fuerza Republicana, un socialista y un juezista.
En los distritos que renuevan senadores, al oficialismo sólo le esperan elecciones cómodas en Tucumán, gobernada por José Alperovich, y Chubut, por Mario Das Neves. Santa Fe es una incógnita: allí, donde el Frente para la Victoria no tiene chances, compiten por el triunfo Carlos Reutemann, un peronista con aspiraciones presidenciales que se dice alejado de Balcarce 50, y el socialismo.
En cambio, Córdoba y Corrientes le darían la espalda. Eso se sabrá hoy, cuando los más de 27 millones de votantes definan cómo será el nuevo Congreso camino a 2011.