jueves, 27 de marzo de 2014

El proceso y la Re-organización Nacional

La Economía en la Memoria: De una distribución más o menos igualitaria, a otra profundamente desigual.


Columna Semanal en el Programa "El Colectivo" por LRJ 392 Radio Municipal de Chilecito.
por Ricardo Gaitán.
Martes 25 de Marzo de 2014.-

Este 24 de Marzo, tiene como característica sobresaliente, que la mayoría de los actos de recordación se realizaron por el impulso del Estado, y marca un importante cambio en los tiempos. En el año 2003, con la asunción a la presidencia de Néstor Kirchner, el primer 24 de marzo en que ocupó la presidencia, hizo que se descolgaran del Colegio Militar los cuadros de dos reconocidos represores: Videla y Bignone. Y marcó otra época en la posición del Estado frente a los hechos de a última dictadura cívico-militar.


Desde el silencio y la soledad en que hacían su ronda las Madres en la Plaza de Mayo, pasando por la porfiada resistencia al olvido que las organizaciones de DDHH realizaron durante la democracia, con la búsqueda de víctimas desaparecidas y de hijos apropiados que fueron restituidos a sus verdaderas identidades y familias; todo fue marcando una huella en la sociedad que impidió que el olvido fuera el refugio de impunidades y complicidades inadmisibles en democracia. Por eso el inmenso repudio que merece el ascenso del General Milani como jefe del ejército, toda vez que las organizaciones de DDHH lo señalan como responsable de la muerte del conscripto riojano Agapito Ledo entre otros, mientras se tramita en la justicia la causa por su desaparición.
Así el resultado más relevante de la política de DDHH, se materializa en el juzgamiento a los represores en todo el país. Procesos que se realizan por los tribunales locales naturales, y no ante tribunales especiales como en otros lugares del mundo. Juicios que respetan las garantías constitucionales y son ejemplo internacional de investigación y juzgamiento de crímenes en un Estado de Derecho. Hoy son más de 437 los genocidas condenados y más de 109 los jóvenesque recuperaron su identidad.[1]

Porque para que la democracia sea verdadera, debe existir, debe estar vigente en la práctica cotidiana el Estado de Derecho. Es decir, las relaciones entre los ciudadanos en democracia sólo son admisibles con unas reglas de juego claras y generales, en el sentido que su aplicación es igual para todos. Por eso la necesidad de construir un país con Memoria, Verdad y Justicia. Memoria para no olvidar, Verdad para que se conozca lo que sucedió y Justicia para terminar con la impunidad de modo que las atrocidades que repudiamos, no sean cometidas nunca más. Pero también para que las relaciones entre las personas puedan ser justas, de modo que todos y cada uno puedan alcanzar su realización personal y social en un marco de verdadera equidad. Porque la desigual distribución de la riqueza, ofende toda esperanza.

Y tal vez desentrañando desde la misma auto-denominación del proceso militar, encontremos las claves de un modo de entender y de concebir la realidad con el que todavía nos debatimos.

Por eso preguntamos: ¿Qué reorganización traían entre manos los militares que asaltaron el poder en 1976?

Corrían en el mundo vientos neoliberales con el ascenso al poder de Margareth Tatcher en Inglaterra, Ronald Reagan en EEUU y la escuela de Chicago instala las doctrinas monetaristas de Federick Hayek, que profesan los economistas de la época. Doctrinas que, alertan sobre los ciclos de expansión y recesión de la economía, advertían que el crecimiento es producto del ahorro que construye capitales sólidos y no de la emisión monetaria o de la baja en la tasa de interés, que generan inflación y una expansión en el consumo que termina en crisis del crédito y recesión. Por eso le apuntaban al Estado, como principal causa de las crisis económicas, porque según ellos, interfería en los mercados generando situaciones artificiales. Así después de los años de crecimiento impulsado por el Estado, había que reducir su participación al Estado mínimo.
Eso en teoría. Lo que pocos saben es que la reorganización tenía que ver más con la intención de recuperar la escandalosa porción en la riqueza generada, que las Familias Patricias Argentinas, ostentaban a comienzos del siglo XX.
Hoy revalorizamos la conquista del desierto, como el despojo a sangre y fuego de las comunidades originarias de la Patagonia para poner las mejores tierras en manos de un reducido grupo que se constituirían en la vanguardia política y cultural argentina. Esas familias se apropian del 60% de la riqueza generada con el Modelo Agroexportador instalado hacia 1880. Un sistema basado en la producción de materias primas exportadas a Europa. Modelo que sufrirá su herida de muerte en la crisis de 1929 y hacia fines de la 2da Guerra será reemplazado por otros vientos de cambio en el mundo, que impulsarán con el primer peronismo el desarrollo industrial. Un nuevo modelo económico que cambió la tasa de distribución de la riqueza, colocando el 65% de la renta nacional en manos de los trabajadores a través de Salarios.

Así estaban las cosas en Marzo del 76. La mayor parte de la riqueza generada, se repartía en salarios, por el avance de las conquistas obreras y la participación ciudadana. Que no se detenían y seguían avanzando en la búsqueda de un mejor reparto, mas inclusivo, más igualitario. Entonces por la vía del Estado de Sitio, con la supresión de todas las garantías constitucionales, se impuso la reorganización de la economía. Ya no produciríamos con nuestra orgullosa industria nacional, sino llegaba la hora de los bancos, de la bicicleta financiera, la especulación y la tasa de interés, las privatizaciones, la destrucción del Estado y los negocios para los mismos de siempre que volvieron a prosperar por un lado, mientras por el otro la desocupación y el hambre arrinconaban a la mayoría de la población.

Hacia 1983, además de las cifras de desocupación, inflación, desnutrición infantil y los miles de desaparecidos, el proceso dejo como saldo otra distribución de la renta nacional. Volvimos a estar peor que a principios de siglo pasado. Los salarios de los trabajadores que con el primer peronismo llegaron al 65% de la renta generada, ahora representaban sólo el 15%. Menos de 3 millones de argentinos se llevan el 85% de la riqueza, para los demás, el resto. De una economía más o menos igualitaria pasamos a otra profundamente desigual. Esas son las deudas que la democracia todavía debe honrar, con los invisibles.

"Hoy nos encontramos en una nueva fase de la humanidad. Todos estamos regresando a nuestra casa común, la Tierra: los pueblos, las sociedades, las culturas y las religiones. Intercambiando experiencias y valores, todos nos enriquecemos y nos completamos mutuamente. (…)

(...) Vamos a reír, a llorar y a aprender. Aprender especialmente cómo casar Cielo y Tierra, es decir, cómo combinar lo cotidiano con lo sorprendente, la inmanencia opaca de los días con la trascendencia radiante del espíritu, la vida en plena libertad con la muerte simbolizada como un unirse a los antepasados, la felicidad discreta de este mundo con la gran promesa de la eternidad. Y al final habremos descubierto mil razones para vivir más y mejor, todos juntos, como una gran familia, en la misma Aldea Común, bella y generosa, el planeta Tierra."

Leonardo Boff, Casamento entre o céu e a terra. Salamandra, Rio de Janeiro, 2001.pg09

Hacia un Socialismo Nuevo La Utopía continúa

¿Qué cambios hemos experimentado en función de las lecciones que nos ha dado la historia? ¿Qué actitudes, qué acciones son de esperar hoy de una militancia socialista? Nadie nace socialista, el socialista se hace. Personalmente y comunitariamente. Hay valores referenciales, eso sí, que son columnas maestras del socialismo nuevo: la dignidad humana, la igualdad social, la libertad, la corresponsabilidad, la participación, la garantía de alimento, salud, educación, vivienda, trabajo, la ecología integral, la propiedad relativizada porque sobre ella pesa una hipoteca social.

La Utopía continúa, a pesar de todos los pesares. Escandalosamente desactualizada en esta hora de pragmatismo, de productividad a toda costa, de postmodernidad escarmentada. La Utopía de que hablamos la compartimos con millones de personas que nos han precedido, dando incluso la sangre, y con millones que hoy viven y luchan y marchan y cantan. Esta Utopía está en construcción; somos obreros de la Utopía. La proclamamos y la hacemos; es don de Dios y conquista nuestra. Con esta «agenda utópica» en la mano y en el corazón, queremos «dar razón de nuestra esperanza»; anunciamos e intentamos vivir, con humildad y con pasión, una esperanza coherente, creativa, subversivamente transformadora.

Pedro CASALDÁLIGA

Para probar si sos human@


UTOPÍAS


Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías

cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza

cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea

cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada

cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro

cómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía


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Escrito por "Mario Benedetti"
Tomado de "Praxis del fulano" del libro "Las soledades de babel"

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