viernes, 23 de marzo de 2012

“Terminamos siendo esclavos de las tecnologías (…) hemos alterado el ritmo del ser humano”,



Pérez Esquivel dijo que en el nombre del “desarrollo”, las empresas mineras tratan de utilizar la alta tecnología para ganar mayor cantidad de dinero en el menor tiempo posible.

En el Centro Cultural Viejo Mercado ubicado en Sobremonte 1150, de la ciudad de Río Cuarto; donde se desarrolló la Conferencia: “La Autodeterminación de los Pueblos en el desarrollo de las regiones como un derecho humano”, el Premio Nobel de la Paz, y Doctor Honoris Causae de la UNRC, Adolfo Pérez Esquivel disertó junto al Dr. Vicente Zito Lema y Jair Cercenarro (Asambleista de El Algarrobo de Andalgalá).

El extractivismo en Latinoamérica ha pasado por diferentes fases, marcadas por el colonialismo en su primera etapa y actualizado como neocolonialismo, asentado en el objetivo de la maximización de la ganancia de las grandes corporaciones a costa de la pérdida de los derechos más elementales de las poblaciones. De allí la afirmación que las luchas ambientales son luchas culturales, donde el territorio se constituye en el espacio de disputas simbólicas y materiales, en el que las comunidades pugnan por constituirse en sujetos activos en la definición de los modos de vida.

En las jornadas que se desarrollaron desde la semana pasada se abordó, la problemática del extractivismo tanto de los aspectos técnicos de los procesos tecnológicos vinculados a la megaminería, como desde las categorías socio-políticas, culturales y jurídico-legales, y también desde la experiencia de las comunidades.

Con la participación del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, finalizaron este lunes en Río Cuarto, provincia de Córdoba, las “Jornadas Modelo Extractivista, fondos mineros y universidad”.

Audio: LV16.com PEREZ ESQUIVEL ESTUVO EN RIO CUARTO

Eduardo Galeano, Concepción Arenales, y las generalizaciones.


"Quien generaliza absuelve, cuando se dice somos todos culpables, nadie es. La reducciòn del mundo a una suerte de porquería que hay que tirar al tacho de la basura ha sido sobre todo obra de las grande empresas químicas, energéticas, automotrices, militares que estan haciendo ese desastre con el mundo. Pero yo no me siento culpable para nada..."

El Paris que lucha esta noche.

El París que lucha esta noche quiere dirigir mañana. No por el poder, sino por la justicia; no por la política, sino por la moral; no por la dominación de su país, sino por su grandeza.

Nuestra convicción no es que esto se realizará, sino  que se realiza ya, en el sufrimiento y la obstinación del combate. Por ello, por encima del dolor de los hombres, a pesar de la sangre y de la ira, a pesar de los muertos irremplazables, de las heridas injustas, de las balas ciegas, no hay que pronunciar palabras de dolor, sino palabras de esperanza, de una terrible esperanza de hombres a solas con su destino.

Este enorme París negro y cálido, con sus dos tormentas, en el cielo y en las calles, nos parece, en fin, más iluminado que aquella Ciudad Luz que nos envidia el mundo entero. Estalla con la luz de la esperanza y del dolor, tiene la llama del coraje lúcido y todo el resplandor, no sólo de la liberación, sino también de la libertad cercana.

Albert Camus (Combat, 24 de agosto de 1944).

domingo, 11 de marzo de 2012

Resistencias locales, movimientos globales

 
En junio de 2002, hace apenas 10 años, se realizó en Tambogrande (norte de Perú) la primera consulta popular de carácter comunal sobre la minería a gran escala en el mundo. Más de 90 por ciento de los votantes, unas 25 mil personas, rechazaron el proyecto para explotar oro, plata y zinc de la canadiense Manhattan; sólo 350 votaron a favor y no acudieron a votar apenas 6 por ciento de los habitantes. La consulta fue organizada por la municipalidad y su resultado fue interpretado como un triunfo de la agricultura campesina, que depende del agua para su sobrevivencia.
 
A la consulta en Tambogrande le siguió la de Esquel (sur de Argentina) en marzo de 2003, donde 80 por ciento se pronunció contra un proyecto de Meridian Gold para extraer oro, con el uso de cianuro. En junio de 2005 se realizó otro referendo en Sipacapa, Guatemala, con similar resultado. Estas consultas fueron la forma de lucha encontrada por las comunidades locales para romper el aislamiento y evitar que sus razones fueran ahogadas por el silencio oficial y de los medios. Hoy puede decirse que tuvieron un resultado más que exitoso.

En Perú, la resistencia a la minería condujo a la realización de la Marcha Nacional por el Derecho al Agua, en febrero, en la que confluyó el grueso del movimiento social peruano. En Argentina, la victoria de Esquel activó la creación de decenas de asambleas locales que se coordinan en la Unión de Asambleas Ciudadanas, que acaban de realizar su 18 encuentro en Mendoza. En Guatemala ya hay 56 municipios que se declararon libres de minería, por la formidable presión de la población. En Perú, Brasil y Chile la resistencia popular contra las megarrepresas hidroeléctricas sigue avanzando, y se entrelaza con la lucha contra la minería y los monocultivos.

Luego de más de una década de resistencias es posible establecer un patrón de acción de movimientos que han trascendido largamente lo local y se instalaron como las principales alternativas al modelo asentado en la expropiación de los bienes comunes. Es la movilización popular más importante desde la época de Fujimori, escribió Hugo Blanco, evaluando la Marcha del Agua (Lucha Indígena, febrero de 2012).

El primer rasgo de este patrón es que consiguieron un respaldo tan macizo y profundo entre las poblaciones locales que les permitió trascender el aislamiento y el hostigamiento. Buena parte de estas resistencias se hicieron fuertes al enraizarse en relaciones de carácter comunitario, lo que les permitió visibilizar la existencia de un conflicto entre grandes empresas multinacionales y comunidades locales que buscan asegurar su sobrevivencia. Apelaron a especialistas para traducir sus razones en el lenguaje de las clases medias urbanas y buscaron el paraguas protector de las instituciones y autoridades locales, que es lo que siempre hacen los oprimidos para legitimar sus demandas.
Aun cuando se movilizan pequeños grupos y hasta un puñado de personas, como sucede a menudo con las asambleas ciudadanas argentinas, la contumacia de las comunidades en movimiento les ha permitido neutralizar la criminalización de la protesta. Las comunidades locales están mostrado una novedosa capacidad de elaborar un discurso capaz de sintonizar con otras personas en los más remotos lugares, destacando que se trata de la defensa de la vida frente a la avaricia de la acumulación.

En segundo lugar, aunque la demanda sea estrictamente local, buscaron desde el comienzo tejer lazos con otros sectores sociales para ampliar el eco de sus luchas, y de ese modo comenzaron a tejer amplias alianzas regionales primero, nacionales después y ahora internacionales. La capacidad de romper el cerco informativo y político es lo que les ha permitido trascender la represión y conseguir masivos apoyos en las ciudades, algo que hasta ahora parecía difícil de conseguir.

Las formas de lucha, en tercer lugar, no son ni legales ni ilegales, ni pacíficas ni violentas, aunque hay de todos los tipos, sino sobre todo legítimas, tanto por las demandas como por la capacidad de los militantes de poner el cuerpo ante los gigantescos camiones de las empresas y los golpes de los policías. No hay contradicción entre la opción por las urnas en Tambogrande, o luego en Majaz (norte de Perú), y la contundente acción de los guerreros de Baguá en 2009, en la selva peruana.

En cuarto lugar, se registra la confluencia de los más diversos sectores sociales (como sucedió durante la marcha en defensa del TIPNIS en Bolivia en 2011, y en estos momentos en Aysén, en el sur de Chile) con la reactivación de los mecanismos internos tradicionales de los pueblos para tomar decisiones y garantizar su seguridad, como hicieron las rondas campesinas durante la reciente Marcha del Agua en Perú.

Por último, estamos ante una aceleración de los tiempos. En los primeros meses de este año se sucedieron la Marcha del Agua en Perú y el levantamiento de Aysén, que lleva ya tres semanas bloqueando puentes y carreteras, con una lista de 11 demandas, entre las que ocupa un lugar destacado la oposición a la represa Hidroaysén, mientras el pasado 8 de marzo comenzó la Marcha del Agua en Ecuador, que llegará el día 22 a Quito, luego de recorrer las tres regiones del país. Y ya se anuncia una nueva marcha en Bolivia para evitar que se imponga la carretera en el TIPNIS.

No estamos ante un conjunto de movilizaciones sino ante un movimiento contra las multinacionales y la especulación financiera, en defensa del agua, la vida y los pueblos. Es el más formidable, amplio y variopinto movimiento continental desde las luchas de las décadas de 1960 y 1970 y la resistencia a la primera fase del neoliberalismo en los 90. Este impresionante movimiento por los bienes comunes se registra tanto en países gobernados por la derecha como en los que tienen gobiernos de izquierda y progresistas. No es legítimo, por tanto, buscar excusas del estilo a quién benefician los movimientos para echar un manto de sombras sobre las luchas de los de abajo.

Falsas creencias

Es imposible superar crisis alimentaria a través de la “religión liberal”, advierten organizaciones

Descargar: MP3 (1 MB)
Entre el 5 y el 9 de marzo se llevó a cabo en Roma, la capital italiana, una nueva fase entre los gobiernos y la sociedad civil, en el marco del Comité de Seguridad Alimentaria (CFS) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés).
El propósito de estos encuentros es la elaboración de las denominadas “Directrices voluntarias sobre el manejo responsable de los motivos de la tierra de pesca y los bosques”, un proceso que ha tenido mismo siempre el mismo telón de fondo: la participación de la sociedad civil organizada es fundamental para encontrar soluciones reales a la crisis alimentaria mundial.
Esta semana, por ejemplo, las organizaciones internacionales que concurrieron a Italia insistieron, a través de un documento, que sin ellas los gobiernos no tendrán ninguna “capacidad de impacto”, y que la verdadera salida a la situación actual requiere herramientas “absolutamente innovadores y originales”, que desafíen las reglas del mercado y de la religión liberal”.
En el comunicado de las organizaciones –representantes de agricultores, pescadores artesanales, pueblos indígenas, pastores, mujeres y jóvenes rurales-, recuerdan que se ha desarrollado un “largo proceso” de consultas internas en todos los continentes, con el apoyo del CIP (Comité Internacional para la Soberanía Alimentaria) para desarrollar una versión propia de las directrices.
Entre los puntos que se intentaron negociar con los gobiernos, vale destacar algunos, como la protección de las comunidades locales de las amenazas al “acceso seguro” de las tierras agrícolas; la redistribución de la tierra a los pequeños productores de alimentos y la necesidad de poner límites a la propiedad privada de la tierra.
También pusieron sobre la mesa otros puntos como la necesidad de fortalecer los derechos de acceso a la tierra de los pueblos indígenas y comunidades tradicionales; garantizar un permanente monitoreo por parte de los Estados en la aplicación de las Directrices; así como el fortalecimiento de los mecanismos la rendición de cuentas y capacidad de respuesta de los Estados frente al cambio climático, los desastres naturales y los conflictos violentos.
“La lucha por un cambio profundo en las políticas generales sobre la tierra, la alimentación y la agricultura sigue siendo un largo y difícil, y los resultados no son evidentes”, señalan en el documento.
(2012) Radio Mundo Real

jueves, 8 de marzo de 2012

Avances para Revista Latinoamericana de este Sábado.



Una mirada general

Desde el punto de vista económico, el balance es positivo. Tras la “década perdida” de los 80 y la “media década perdida” de la segunda mitad de los 90, la región recuperó niveles de crecimiento inéditos desde los 70. Según la Cepal, América Latina creció 4,4 por ciento promedio entre 2003 y 2011. Con ello, los nuevos gobiernos progresistas demostraron que son capaces de garantizar la gobernabilidad económica, es decir, evitar que la economía vuele por los aires, algo que ahora parece muy natural pero que era el fantasma más temido antes de la llegada al poder de líderes como Lula o Evo Morales.
En un artículo fundacional sobre el tema, acertadamente titulado “La macroeconomía de la bonanza” (1), José Antonio Ocampo atribuye este auge a la convergencia de factores externos (los altos precios de las materias primas y, durante varios años, las buenas condiciones de financiamiento internacional) e internos (el manejo del tipo de cambio y las políticas anticíclicas). Viento de cola, entonces, junto a una inteligente gestión macroeconómica.
Pero lejos de limitarse a garantizar altas tasas de crecimiento, los nuevos gobiernos produjeron también avances sociales sustantivos. Nuevamente según la Cepal, la pobreza disminuyó de 44 por ciento en 2002 a 32,1 en 2010, lo que la sitúa por debajo del nivel anterior al del inicio de la crisis de la deuda de los 80. Y como no se trata de contar caramelos sino de la vida de las personas, agreguemos que esto significa que nada menos que 44 millones de latinoamericanos dejaron de ser pobres en este período. La explicación habrá que buscarla en los programas de transferencia de ingresos, el más importante de los cuales, el brasilero Bolsa Familia, llega hoy a 12 millones de hogares, casi 50 millones de personas, lo que lo convierte en el plan social más masivo ¡del mundo! (ni China ni India cuentan con programas de estas características). En cuanto a la desigualdad, también disminuyó, aunque a un ritmo inferior al de la pobreza: según la Cepal, el índice Gini se redujo un promedio de 1 por ciento entre 2002 y 2010.


-Fragmento de la nota Editorial del Dipló de marzo, escrita por José Natanson. Una perspectiva muy interesante para proyectar el futuro. El gráfico, es por demás elocuente. Otro mundo es posible, lo haremos mejor?

Publicado el 07/03/2012

“Las mujeres deben evitar vestirse como putas para no ser víctimas de la violencia sexual” dijo el policía Michael Sanguinetti durante un seminario sobre agresión sexual en la Universidad de York, en Toronto, Canadá. A partir de ahí, miles de mujeres en el mundo entero se han movilizado con la Marcha de las Putas contra la agresión y la violencia machista.

Estas Marchas ya se han realizado en Canadá, Gran Bretaña, Australia, Estados Unidos, India, México, Nicaragua, Honduras y Colombia. Ecuador se suma a la Marcha de las Putas este  10 de marzo. Les enviamos una entrevista con Verónica Vera, del Colectivo Salud Mujeres.


Entrevista Verónica Vera (Bajar audio)


MARCHA DE LAS PUTAS
Radialistas.net


"Hoy nos encontramos en una nueva fase de la humanidad. Todos estamos regresando a nuestra casa común, la Tierra: los pueblos, las sociedades, las culturas y las religiones. Intercambiando experiencias y valores, todos nos enriquecemos y nos completamos mutuamente. (…)

(...) Vamos a reír, a llorar y a aprender. Aprender especialmente cómo casar Cielo y Tierra, es decir, cómo combinar lo cotidiano con lo sorprendente, la inmanencia opaca de los días con la trascendencia radiante del espíritu, la vida en plena libertad con la muerte simbolizada como un unirse a los antepasados, la felicidad discreta de este mundo con la gran promesa de la eternidad. Y al final habremos descubierto mil razones para vivir más y mejor, todos juntos, como una gran familia, en la misma Aldea Común, bella y generosa, el planeta Tierra."

Leonardo Boff, Casamento entre o céu e a terra. Salamandra, Rio de Janeiro, 2001.pg09

Hacia un Socialismo Nuevo La Utopía continúa

¿Qué cambios hemos experimentado en función de las lecciones que nos ha dado la historia? ¿Qué actitudes, qué acciones son de esperar hoy de una militancia socialista? Nadie nace socialista, el socialista se hace. Personalmente y comunitariamente. Hay valores referenciales, eso sí, que son columnas maestras del socialismo nuevo: la dignidad humana, la igualdad social, la libertad, la corresponsabilidad, la participación, la garantía de alimento, salud, educación, vivienda, trabajo, la ecología integral, la propiedad relativizada porque sobre ella pesa una hipoteca social.

La Utopía continúa, a pesar de todos los pesares. Escandalosamente desactualizada en esta hora de pragmatismo, de productividad a toda costa, de postmodernidad escarmentada. La Utopía de que hablamos la compartimos con millones de personas que nos han precedido, dando incluso la sangre, y con millones que hoy viven y luchan y marchan y cantan. Esta Utopía está en construcción; somos obreros de la Utopía. La proclamamos y la hacemos; es don de Dios y conquista nuestra. Con esta «agenda utópica» en la mano y en el corazón, queremos «dar razón de nuestra esperanza»; anunciamos e intentamos vivir, con humildad y con pasión, una esperanza coherente, creativa, subversivamente transformadora.

Pedro CASALDÁLIGA

Para probar si sos human@


UTOPÍAS


Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías

cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza

cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea

cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada

cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro

cómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía


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Escrito por "Mario Benedetti"
Tomado de "Praxis del fulano" del libro "Las soledades de babel"

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Verdaderos Liderazgos

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