
Esta semana, estuvo de cumple María Elena Walsh.
Decir su nombre es nombrar una de esas mujeres de la familia, como esas tías o vecinas, primas, hermanas mayores, que nunca faltan, que nos enseñaron a correr antes de caminar, a jugar imaginando, a usar nuestra cabeza para crear el mundo en el que queríamos estar....
Después, fué un homenaje de nuestro niño interior a los hijos que venian, a recordarnos que nosotros también fuimos, inocentes, felices.
Cuando la escuchamos con el paso de los años en nuestras conciencias, esas mismas canciones hablan de cosas nuevas, aún cuando resuenan los ecos de una felicidad que parece sólo posible en la ingenuidad, en nuestras añoradas infancias. Sin embargo luego del consabido esfuerzo por no resignarnos, es posible descubrir que su magia evocadora no está en el pasado sino en el futuro, por que la nota que vibra en lo más profundo es la esperanza.
Esa esperanza que invita a mirar el mundo en su complejidad y jugar sin miedo con las posibilidades de reinventarlo cada instante.
Está de cumpleaños Maria Elena, y los que la queremos como la tía cariñosa de nuestras infancias doradas, que cantaba e inventaba historias fantásticas, que nos enseñaban que era posible soñar despiertos y que además era lindo, todos los que corríamos a inundar los patios y las plazas con nuestros sueños, nos hacemos un lugar para celebrarla y con ella celebrar la vida, y los sueños.
EL REINO DEL REVÉS
Me dijeron que en el Reino del Revés
nada el pájaro y vuela el pez,
que los gatos no hacen miau
y dicen yes porque estudian mucho inglés.
Me dijeron que en el Reino del Revés
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que dos y dos son tres.
Me dijeron que en el Reino del Revés
cabe un oso en una nuez,
que usan barbas y bigotes los bebés
y que un año dura un mes.
Me dijeron que en el Reino del Revés
hay un perro pekinés que se cae para arriba
y una vez no pudo bajar después.
Me dijeron que en el Reino del Revés
un señor llamado Andrés
tiene 1.530 chimpancés
que si miras no los ves.
Me dijeron que en el Reino del Revés
una araña y un ciempiés
van montados al palacio del marqués
en caballos de ajedrez.
Vamos a ver cómo es el Reino del Revés.
María Elena Walsh