martes, 26 de abril de 2011

Acerca de la Sociedad de Mont-Pèlerin reunida en Buenos Aires

Eric Toussaint (un post que reproduzco de alainet.org)




Al finalizar la segunda guerra mundial, Friedrich von Hayek (1899-1992) fundó con Ludwig von Mises, en 1947, la Sociedad de Mont-Pèlerin. 


La primera reunión de esta sociedad, en la que participaron 36 personalidades liberales, tuvo lugar en abril de 1947 en el Hôtel du Parc de la localidad de Mont-Pèlerin, cerca de Vevey, Suiza. Fue financiada por banqueros y patronos de la industria suiza. 
Tres importantes publicaciones de Estados Unidos (Fortune, Newsweek y The Reader’s Digest) enviaron delegados. Por otra parte, The Reader’s Digest acababa de publicar una versión resumida de una obra clave de von Hayek, Camino de servidumbre, donde se encuentra el pasaje siguiente: «Es la sumisión del hombre a las fuerzas impersonales del mercado que, en el pasado, hizo posible el desarrollo de una civilización que sin esto no habría podido hacerlo; es por la sumisión que participamos cotidianamente en la construcción de algo más grande que lo que todos nosotros podemos comprender plenamente».[1] 
En dicho encuentro participaron economistas y filósofos de derecha de diferentes «escuelas de pensamiento». «Al finalizar este encuentro se fundó la Sociedad de Mont-Pèlerin, una especie de francmasonería neoliberal, bien organizada y consagrada a la divulgación de las tesis neoliberales, con reuniones internacionales regulares».[2] 
Citaremos entre los miembros activos de esta sociedad desde los primeros años a von Hayek, von Mises, Maurice Allais, Karl Popper, Milton Friedman.
La Sociedad de Mont-Pèlerin se constituiría en un think tank de la contraofensiva neoliberal. Muchos de sus miembros obtuvieron el premio «Nobel de economía» (Hayek en 1974, Friedman en 1976, Allais en 1988).
La ola neoliberal
La corriente neoliberal convirtió a la Universidad de Chicago —institución donde Friedman desarrolló toda su carrera universitaria y von Hayek enseñó desde 1950 hasta 1961— en uno de sus bastiones, al punto de que más tarde se hablara de la Escuela de Chicago y de los Chicago Boys de Friedman. 
Éste declaró, en 1970, que había hecho triunfar la «contrarrevolución en la teoría monetaria» que caracterizaba por «el renovado acento en la función de la cantidad de moneda».[3] 
Friedman afirmaba que cualquier variación de la masa monetaria es seguida de una variación en el mismo sentido de los precios, de la producción y de los ingresos. Además añadía que se trata de una ley observada desde hace siglos y que es asimilable a las leyes surgidas de las ciencias naturales. De esto dedujo que el Estado no puede relanzar la demanda emitiendo moneda so pena de aumentar en las mismas proporciones la tasa de inflación. Propuso entonces una enmienda constitucional que implicara que la masa monetaria debe variar a tasa constante, igual a la tasa de crecimiento a largo plazo de la producción nacional.[4]
 
Para Friedman, el funcionamiento libre del mercado es suficiente para asegurar la distribución óptima de los recursos y el pleno empleo de las capacidades de producción. Esta visión se contradice con la realidad, pero ello no impide que sea difundida sistemáticamente y aceptada como una evidencia.
Friedman estaba claramente embarcado en un proyecto político y se colocó del lado reaccionario. En 1964 fue consejero económico del candidato republicano a la presidencia, Barry Goldwater. Cumplió la misma función con Richard Nixon en 1968 y con Ronald Reagan en 1980.
Tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet contra el gobierno de Salvador Allende, Friedman llegó a ser asesor económico de Pinochet, apoyando la represión y aconsejando la toma de medidas antisociales extremas. 
Michel Beaud y Gilles Dostaler agregan: «En 1977, Milton Friedman publicó una obra titulada Contra Galbraith con el material de las conferencias pronunciadas en Gran Bretaña. En una de éstas, proponía a Gran Bretaña, para salir de sus males, un tratamiento de choque inspirado en parte en el que se había puesto en marcha en Chile».[5] 
Por su parte, von Hayek indicaba igualmente su preferencia por los métodos dictatoriales sanguinarios del general Pinochet. «Un dictador puede gobernar de manera liberal, así como es posible que una democracia gobierne sin el menor liberalismo. Mi preferencia personal es una dictadura liberal y no un gobierno democrático donde todo liberalismo esté ausente», respondió a un periodista chileno en 1981.[6] 
Tras diez años de aplicación de estas recetas económicas, Chile sufrió una recesión que hizo caer el PIB en un 15% entre 1982 y 1983, en un momento en que la tasa de desempleo alcanzaba el 30%.[7] Además, si Chile conoció en los años noventa cierto éxito económico, fue por romper netamente con las recetas de los Chicago Boys.
Si Ronald Reagan se inspiró en Friedman, Margaret Thatcher reivindicaba la influencia de von Hayek: «No fue sino a mediados de los setenta, cuando las obras de von Hayek figuraron en primer lugar entre las lecturas que me diera Keith Joseph [consejero económico de Margaret Thatcher, que participó en reuniones de la Sociedad de Mont-Pèlerin], que comprendí realmente las ideas que planteaba. Fue entonces cuando consideré sus argumentos desde el punto de vista del tipo de Estado que queríamos los conservadores (un gobierno limitado bajo el reino de la ley), más que desde el punto de vista del tipo de Estado a evitar (un Estado socialista, donde los burócratas gobiernan sin freno)».[8]
 
Si observamos con atención, a partir del 11 de septiembre de 1973, Chile constituyó en el hemisferio sur un laboratorio en el que se implantó, de una manera especialmente violenta y brutal, el proyecto neoliberal. Después de esta experimentación chilena de la dictadura del general Augusto Pinochet, el proyecto neoliberal se generalizó en el hemisferio norte, comenzando por Gran Bretaña y Estados Unidos. Por cierto, los métodos no fueron los mismos pero el fondo de la orientación social y económica era idéntico. Las referencias ideológicas eran las mismas.

Este texto es un fragmento del libro de Eric Toussaint, Una mirada al retrovisor. El neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria, Barcelona, 2010. 79 p.
Eric TOUSSAINT, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Liège –Bélgica- y de la Universidad Paris VIII – Francia-, Maître de conférences en la Universidad de Liège (Bélgica), presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo - Bélgica www.cadtm.org, miembro del Consejo Internacional del Foro Social Mundial.




Digo como blogger: Los que deseen leer más de Eric Toussaint, y otros ensayos sobre la sociedad Mont Pelerin, les recomiendo la serie "Una mirada al retrovisor" de este mismo autor y los demás artículos de alainet.org

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(...) Vamos a reír, a llorar y a aprender. Aprender especialmente cómo casar Cielo y Tierra, es decir, cómo combinar lo cotidiano con lo sorprendente, la inmanencia opaca de los días con la trascendencia radiante del espíritu, la vida en plena libertad con la muerte simbolizada como un unirse a los antepasados, la felicidad discreta de este mundo con la gran promesa de la eternidad. Y al final habremos descubierto mil razones para vivir más y mejor, todos juntos, como una gran familia, en la misma Aldea Común, bella y generosa, el planeta Tierra."

Leonardo Boff, Casamento entre o céu e a terra. Salamandra, Rio de Janeiro, 2001.pg09

Hacia un Socialismo Nuevo La Utopía continúa

¿Qué cambios hemos experimentado en función de las lecciones que nos ha dado la historia? ¿Qué actitudes, qué acciones son de esperar hoy de una militancia socialista? Nadie nace socialista, el socialista se hace. Personalmente y comunitariamente. Hay valores referenciales, eso sí, que son columnas maestras del socialismo nuevo: la dignidad humana, la igualdad social, la libertad, la corresponsabilidad, la participación, la garantía de alimento, salud, educación, vivienda, trabajo, la ecología integral, la propiedad relativizada porque sobre ella pesa una hipoteca social.

La Utopía continúa, a pesar de todos los pesares. Escandalosamente desactualizada en esta hora de pragmatismo, de productividad a toda costa, de postmodernidad escarmentada. La Utopía de que hablamos la compartimos con millones de personas que nos han precedido, dando incluso la sangre, y con millones que hoy viven y luchan y marchan y cantan. Esta Utopía está en construcción; somos obreros de la Utopía. La proclamamos y la hacemos; es don de Dios y conquista nuestra. Con esta «agenda utópica» en la mano y en el corazón, queremos «dar razón de nuestra esperanza»; anunciamos e intentamos vivir, con humildad y con pasión, una esperanza coherente, creativa, subversivamente transformadora.

Pedro CASALDÁLIGA

Para probar si sos human@


UTOPÍAS


Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías

cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza

cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea

cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada

cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro

cómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía


___________________________________________
Escrito por "Mario Benedetti"
Tomado de "Praxis del fulano" del libro "Las soledades de babel"

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