martes, 8 de noviembre de 2011

la autoestima, el amor y la disponibilidad son el trípode sobre el cual crece un sujeto sano

Existen personalidades cuyo carácter y comportamiento, sin duda patológico, resultan nocivos para aquellos con quienes se vinculan. Gran parte del drama de los conflictos interpersonales consiste en no recorrer al otro en su auténtica intimidad y verlo sólo como uno quiere que sea.
Las relaciones que nos acercan al bienestar y a la salud emocional, y que nos hacen felices son aquellas que ponen sobre la mesa el interés y el amor por la vida, es decir, por el prójimo. Es ese estar integrado de un modo vital y generoso lo que construye una comunidad que tiene por timón la ternura, el entusiasmo, la solidaridad y la compasión.
Cuando esto no existe, y cuando las personas son incapaces de enlazarse positivamente con los otros y enriquecerse en la acción de dar y recibir, lo que producen es soledad, sufrimiento y desamparo. Sucede cuando vemos el interés convertirse en indiferencia, una forma actual de crueldad.
Las relaciones con un individuo indiferente deja al otro con una vivencia de vacío contaminada, con su autoestima dañada y con un abanico de conductas que transitan inhibiciones, sometimientos y dependencias sintomáticas hasta la misma depresión.
Estos personajes nocivos, que lastiman o despojan a quien se vincula con ellos, repiten un variado número de agresiones, como descargar sus impulsos sádicos complaciéndose en humillar y arrollar al otro.
Otro aspecto es la prepotencia, al usar de manera distorsionada la fuerza para desvalorizar, marginar y burlarse de las personas con las que se relacionan. Es muy delicado pretender naturalizar esas conductas como si fueran algo común.
No olvidemos que la autoestima, el amor y la disponibilidad son el trípode sobre el cual crece un sujeto sano y, por lo tanto, el encuentro que muchas veces tiene lugar con individuos que atacan esta construcción enferma termina dando lugar a graves consecuencias. 




Otra nota muy buena:

El influjo de envidiosos y psicópatas

Por José Eduardo Abadi
Para LA NACION

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"Hoy nos encontramos en una nueva fase de la humanidad. Todos estamos regresando a nuestra casa común, la Tierra: los pueblos, las sociedades, las culturas y las religiones. Intercambiando experiencias y valores, todos nos enriquecemos y nos completamos mutuamente. (…)

(...) Vamos a reír, a llorar y a aprender. Aprender especialmente cómo casar Cielo y Tierra, es decir, cómo combinar lo cotidiano con lo sorprendente, la inmanencia opaca de los días con la trascendencia radiante del espíritu, la vida en plena libertad con la muerte simbolizada como un unirse a los antepasados, la felicidad discreta de este mundo con la gran promesa de la eternidad. Y al final habremos descubierto mil razones para vivir más y mejor, todos juntos, como una gran familia, en la misma Aldea Común, bella y generosa, el planeta Tierra."

Leonardo Boff, Casamento entre o céu e a terra. Salamandra, Rio de Janeiro, 2001.pg09

Hacia un Socialismo Nuevo La Utopía continúa

¿Qué cambios hemos experimentado en función de las lecciones que nos ha dado la historia? ¿Qué actitudes, qué acciones son de esperar hoy de una militancia socialista? Nadie nace socialista, el socialista se hace. Personalmente y comunitariamente. Hay valores referenciales, eso sí, que son columnas maestras del socialismo nuevo: la dignidad humana, la igualdad social, la libertad, la corresponsabilidad, la participación, la garantía de alimento, salud, educación, vivienda, trabajo, la ecología integral, la propiedad relativizada porque sobre ella pesa una hipoteca social.

La Utopía continúa, a pesar de todos los pesares. Escandalosamente desactualizada en esta hora de pragmatismo, de productividad a toda costa, de postmodernidad escarmentada. La Utopía de que hablamos la compartimos con millones de personas que nos han precedido, dando incluso la sangre, y con millones que hoy viven y luchan y marchan y cantan. Esta Utopía está en construcción; somos obreros de la Utopía. La proclamamos y la hacemos; es don de Dios y conquista nuestra. Con esta «agenda utópica» en la mano y en el corazón, queremos «dar razón de nuestra esperanza»; anunciamos e intentamos vivir, con humildad y con pasión, una esperanza coherente, creativa, subversivamente transformadora.

Pedro CASALDÁLIGA

Para probar si sos human@


UTOPÍAS


Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías

cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza

cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea

cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada

cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro

cómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía


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Escrito por "Mario Benedetti"
Tomado de "Praxis del fulano" del libro "Las soledades de babel"

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