martes, 9 de diciembre de 2008

PROMESAS, PROMESAS

por Juan Gelman
El presidente electo Barack Obama prometió varias cosas antes de serlo. Por ejemplo, terminar la guerra con Irak, que en 2002, en la Plaza Federal de Chicago, calificó de "estúpida", "imprudente" y "basada en la pasión, no en la razón". Fue un eje principal de su campaña y, sin duda, le ganó millones de votos. La promesa se está diluyendo: esta semana declaró: "Dije que retiraría de Irak nuestras tropas de combate en 16 meses, en el entendimiento de que podría ser necesario –probablemente necesario– mantener una fuerza residual a fin de proporcionar entrenamiento y apoyo logístico para proteger a nuestros civiles en Irak" (The New York Times, 4-12-08). "El residuo", al parecer, no será pequeño: el ex secretario de Marina Richard Danzig –uno de los asesores de Obama en materia de seguridad– había ya declarado que sería de 30 mil a 55 mil efectivos. Algunos dicen que la cifra podría llegar a 70 mil, casi la mitad del número actual. Hay residuos así.

Pocos creen que la retirada se llevará a cabo en el lapso prometido y que el último soldado norteamericano dejará suelo iraquí el 31 de diciembre del 2011, según lo pactado con el gobierno de Bagdad. Unos 20 halcones demócratas –la mayoría de la vieja guardia clintoniana de los años '90– dominan el equipo de seguridad y política internacional de Obama y no falta un legado significativo de W. Bush: el reconfirmado jefe del Pentágono Robert Gates, un insistente partidario de ganar la guerra en Irak como objetivo mínimo. Ahora está "menos preocupado" –dijo– por las promesas de campaña del presidente electo, dado que éste comentó que la retirada de Irak se haría de manera "responsable" y que dependerá de la opinión de los jefes militares (rawstory.com, 2-11-08). En esas condiciones, tal vez no haya sido un trabajo pesado tranquilizar a un belicista de la talla de Gates.

El senador Lindsey Graham, el almirante Nike Mullen, jefe de Estado Mayor Conjunto, y otros "halcones-gallina" republicanos elogiaron estos nombramientos de Obama (www.timesonline.co.uk, 1-12-08). No es para menos: tienen un firme bastión en Hillary Clinton, la nueva secretaria de Estado, acérrima partidaria de la invasión a Irak y Afganistán y de atacar a Irán con bombas nucleares. Se recuerda su propia confesión: "Llamé por teléfono (a su esposo presidente) y lo urgí a bombardear (Yugoslavia)" en el marco de la OTAN; los bombardeos duraron 74 días y a nadie perdonaron. Cabe señalar que la era de Bill no fue precisamente pacifista: a poco de instalarse en la Casa Blanca bombardeó Irak en 1993; logró que la ONU le impusiera a Saddam Hussein un embargo que costó la vida de medio millón de niños iraquíes; atacó a Sudán y Afganistán; desestabilizó a Haití; militarizó la ambigua lucha contra los narcotraficantes que se ha convertido en contrainsurgencia y que no ahorra vidas de civiles inocentes en América latina; apoyó la privatización de las operaciones militares norteamericanas otorgando enjundiosos contratos a la industria armamentista; autorizó la venta de armas a países como Indonesia y Turquía, utilizadas en el genocidio de kurdos y habitantes de Timor Oriental. Un record que el olvido suele abrigar.

Obama nombró jefe del staff de la Casa Blanca a Rahm Emanuel, admirador de las ejecuciones extrajudiciales israelíes, impulsor del servicio paramilitar obligatorio para todos los estadounidenses de 18 a 25 años de edad, del aumento de los efectivos de las fuerzas armadas y de la creación de un sistema de espionaje semejante al MI5 británico. Está en buena compañía: el general (R) James L. Jones, ex comandante del cuerpo de marines y amigo personal del derrotado candidato republicano John McCain, será el asesor jefe de seguridad nacional y es difícil suponer que el hecho de pertenecer al directorio de Boeing no influirá en sus decisiones. Susan Rice, la próxima embajadora de EE.UU. ante la ONU, apoya una intervención militar en Sudán por la crisis de Darfur, de preferencia con la participación de la OTAN. Etc., etc.

Barack mismo ha anunciado objetivos de guerra que poco cambian las políticas de Clinton y de ambos Bush: el incremento de la guerra en Afganistán; el eventual mantenimiento por largo rato de un número ingente de efectivos en Irak; la intervención unilateral en Pakistán; el empleo de ejércitos privados en las zonas donde combate EE.UU.; entre otras cosas. Su vice Jose Biden no es un demócrata cualquiera: como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, sostuvo las mentiras de W. desestimando en el 2002 los testimonios de expertos que señalaban que Irak no tenía armas de destrucción masiva ni constituía una amenaza para la región "y mucho menos para EE.UU." (www.alternet.org, 20-11-08). Rara vez un cambio se ha parecido tanto a una continuidad.

Tomado de Rebelión 
Fuente: Página 12

"Hoy nos encontramos en una nueva fase de la humanidad. Todos estamos regresando a nuestra casa común, la Tierra: los pueblos, las sociedades, las culturas y las religiones. Intercambiando experiencias y valores, todos nos enriquecemos y nos completamos mutuamente. (…)

(...) Vamos a reír, a llorar y a aprender. Aprender especialmente cómo casar Cielo y Tierra, es decir, cómo combinar lo cotidiano con lo sorprendente, la inmanencia opaca de los días con la trascendencia radiante del espíritu, la vida en plena libertad con la muerte simbolizada como un unirse a los antepasados, la felicidad discreta de este mundo con la gran promesa de la eternidad. Y al final habremos descubierto mil razones para vivir más y mejor, todos juntos, como una gran familia, en la misma Aldea Común, bella y generosa, el planeta Tierra."

Leonardo Boff, Casamento entre o céu e a terra. Salamandra, Rio de Janeiro, 2001.pg09

Hacia un Socialismo Nuevo La Utopía continúa

¿Qué cambios hemos experimentado en función de las lecciones que nos ha dado la historia? ¿Qué actitudes, qué acciones son de esperar hoy de una militancia socialista? Nadie nace socialista, el socialista se hace. Personalmente y comunitariamente. Hay valores referenciales, eso sí, que son columnas maestras del socialismo nuevo: la dignidad humana, la igualdad social, la libertad, la corresponsabilidad, la participación, la garantía de alimento, salud, educación, vivienda, trabajo, la ecología integral, la propiedad relativizada porque sobre ella pesa una hipoteca social.

La Utopía continúa, a pesar de todos los pesares. Escandalosamente desactualizada en esta hora de pragmatismo, de productividad a toda costa, de postmodernidad escarmentada. La Utopía de que hablamos la compartimos con millones de personas que nos han precedido, dando incluso la sangre, y con millones que hoy viven y luchan y marchan y cantan. Esta Utopía está en construcción; somos obreros de la Utopía. La proclamamos y la hacemos; es don de Dios y conquista nuestra. Con esta «agenda utópica» en la mano y en el corazón, queremos «dar razón de nuestra esperanza»; anunciamos e intentamos vivir, con humildad y con pasión, una esperanza coherente, creativa, subversivamente transformadora.

Pedro CASALDÁLIGA

Para probar si sos human@


UTOPÍAS


Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías

cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza

cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea

cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada

cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro

cómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía


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Escrito por "Mario Benedetti"
Tomado de "Praxis del fulano" del libro "Las soledades de babel"

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