Aprendieron los caminos de las estrellas, los hábitos del aire y del pájaro, las profesías de las nubes de Sur y de la luna con un cerco .
Fueron pastores de la hacienda brava, firmes en el caballo del desierto que habían domado esa mañana, enlazadores, marcadores, troperos, hombres de la partida policial, alguna vez matreros; ciertamente no fueron aventureros, pero un arreo los llevaba lejos y más lejos de las guerras.
No dieron a la historia un solo caudillo. Fueron hombres de López, de Ramírez, de Artigas ...
Su ceniza está perdida en remotas regiones del continente, en repúblicas de cuya historia nada supieron, en campos de batalla, hoy famosos .
Y parece contestar Jorge Cafrune desde esta canción:
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El 8 de junio de 1863 José Hernández se casó en la catedral de Paraná con Carolina González del Solar. Meses después funda y escribe El Argentino, periódico que sumaría su esfuerzo a El Litoral, en la defensa del ideal federal provinciano.
El 12 de noviembre de ese año el Chacho Peñaloza, que se había rendido a una partida del comandante Ricardo Vera, es asesinado y decapitado y su cabeza es exhibida ante el pueblo en una pica, en una plaza de la ciudad riojana de Olta. La noticia conmueve las fibras íntimas de Hernández, que escribe en El Argentino la apología de Peñaloza y anatematiza a sus enemigos políticos:
“Asesinato atroz. El general de la nación don Angel Vicente Peñaloza ha sido cosido a puñaladas en su lecho, degollado y llevada su cabeza de regalo al asesino de Benavídez, de los Virasoro, Ayes, Rolta, Giménez y demás mártires, en Olta, la noche del 12 del actual.
El general Peñaloza contaba 70 años de edad; encanecido en la carrera militar, jamás tiñó sus manos en sangre y la mitad del partido unitario no tendrá que acusarle un solo acto que venga a empañar el valor de sus hechos, la magnanimidad de sus rasgos, la grandeza de su alma, la generosidad de sus sentimientos y la abnegación de sus sacrificios.
La historia tiene para el general Peñaloza el lugar que debe ocupar el caudillo más prestigioso y más humano y el guerrero más infatigable.
El asesinato del general Peñaloza es la obra de los salvajes unitarios; es la prosecución de los crímenes que van señalando sus pasos desde Dorrego hasta hoy. Que la maldición del cielo caiga sobre sus bárbaros matadores. Los millares de argentinos a quienes el general Peñaloza ha salvado la vida, rogarán por él”
Fuente:Agenda de Reflexión La Gaceta Federal
Jorge Cafrune - Za... |