Un lugar para compartir ideas y acciones en la construcción de ese Mundo Mejor que Es Posible. Desafiar el pensamiento único, animarnos a imaginar y hacer, plural, solidaria y colectivamente.
sábado, 6 de noviembre de 2010
Fragmentos...
En el documental “Voces contra la Globalización”, el escritor Eduardo Galeano cuenta una historia en la que un cocinero pregunta a los animales de granja sobre cómo quieren ser cocinados, y algunos de ellos le dicen que no, que ellos no quieren ser cocinados. El cocinero contesta que solo se les da la opción del como, pero que el ser cocinados no está en discusión.
En cierta forma, el futuro que la globalización y el mercado nos presenta no es un misterio para nadie: al mismo tiempo que absorve a todas las economías de los países más débiles, haciendo más fuertes a los económicamente fuertes, expulsa a todos aquellos que no pueden o no quieren ser absorvidos. Esta fuerza centrípeta para algunos y centrífuga para otros, no solo actúa a nivel económico, sino que lo hace en todas las áreas de nuestra vida.
La inmediatez en la que vivimos es resultado precisamente del efecto de esta fuerza.
La racionalidad ha llegado a su máximo desarrollo, y tanto se ha perfeccionado que ha logrado desprenderse de lo emotivo, de lo cotidiano, incluso, del sentido común.
Y la resultante es una razón absurda, irracional y también psicópata.
El mercado es abstracto, y por más que es manejado por personas, el mismo no se identifica con las personas, sino con los números. Las empresas, pero por sobre todo las corporaciones, van perdiendo cada vez más su identificación con las personas con tal de obtener ganancias, y cuando un hombre deja de identificarse con otro hombre con el solo fin de lograr sus objetivos, a ésto, le llamamos psicopatía.
También le llamamos psicópata a aquel que es incapaz de autocrítica, y considera que una acción del otro “lo obliga” a actuar con violencia contra el conjunto.
Las acciones son definidas por el contexto
Lo que refuerza la idea de la conducta irracional, también surge al observar el contexto en el cual se desarrolla: liquidación de los suelos por el monocultivo, expulsión de las poblaciones nativas para plantar soja, contaminación del medioambiente, la flora y la fauna por medio de pesticidas de probado perjuicio para el ser humano y para la vida, desbalance de la economía general en beneficio de la particular, superexplotación y trabajo en negro de peones, evasión de impuestos, y todo ésto ligado al alza de los alimentos para la fabricación de biocombustibles.
Si observamos a futuro el resultado de este conjunto de acciones en un marco mundial complejo, el resultado esprevisible, sin embargo, no existe la conciencia suficiente para tomar el conjunto de una manera responsable, y esto ya no depende ni de una necesidad ni de una ideología política, sino de una incapacidad propia de las sociedades, en mayor o en menor escala, ya que tampoco escapan de este contexto las sociedades llamadas desarrolladas.
Estamos entonces ante una humanidad cuya supervivencia quizás dependa, en este contexto, de su posibilidad o imposibilidad de dar ese salto evolutivo necesario, que es pasar de la conciencia de individuo a la conciencia de parte. Un cambio en el sí mismo es lo que produce un cambio en la cultura, y ese sí mismo cambia si es educado para tal fin. Los países y sus estados cambian si cambian las personas que lo conforman.
Tres décadas de autoritarismo y neoliberalismo en nuestro país, por ejemplo, han destruído las estructuras intermedias individuales, familiares y sociales al punto de producir una contradicción fundamental: cuanto más globalizados estamos, más solos nos encontramos, y la continuidad de este panorama va a depender de la capacidad que tengamos como individuos de reconstruir la trama vincular destruída a lo largo de estas décadas.
La primera prueba nos encontró con un individualismo notable, incapaces de pensar como sociedad. Hagamos lo suficiente para que el próximo conflicto nos encuentre más solidarios.
Tomado de: Ser Transpersonal, una linda manera de ser humanos
"Hoy nos encontramos en una nueva fase de la humanidad. Todos estamos regresando a nuestra casa común, la Tierra: los pueblos, las sociedades, las culturas y las religiones. Intercambiando experiencias y valores, todos nos enriquecemos y nos completamos mutuamente. (…)
(...) Vamos a reír, a llorar y a aprender. Aprender especialmente cómo casar Cielo y Tierra, es decir, cómo combinar lo cotidiano con lo sorprendente, la inmanencia opaca de los días con la trascendencia radiante del espíritu, la vida en plena libertad con la muerte simbolizada como un unirse a los antepasados, la felicidad discreta de este mundo con la gran promesa de la eternidad. Y al final habremos descubierto mil razones para vivir más y mejor, todos juntos, como una gran familia, en la misma Aldea Común, bella y generosa, el planeta Tierra."
Leonardo Boff, Casamento entre o céu e a terra. Salamandra, Rio de Janeiro, 2001.pg09
Hacia un Socialismo Nuevo La Utopía continúa
¿Qué cambios hemos experimentado en función de las lecciones que nos ha dado la historia? ¿Qué actitudes, qué acciones son de esperar hoy de una militancia socialista? Nadie nace socialista, el socialista se hace. Personalmente y comunitariamente. Hay valores referenciales, eso sí, que son columnas maestras del socialismo nuevo: la dignidad humana, la igualdad social, la libertad, la corresponsabilidad, la participación, la garantía de alimento, salud, educación, vivienda, trabajo, la ecología integral, la propiedad relativizada porque sobre ella pesa una hipoteca social.
Pedro CASALDÁLIGA
Para probar si sos human@
UTOPÍAS
Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopíascómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristezacómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo seacómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nadacómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetrocómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía
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Escrito por "Mario Benedetti"
Tomado de "Praxis del fulano" del libro "Las soledades de babel"