martes, 24 de mayo de 2011

La Revolución es un sueño eterno.

Una nota que encontré buscando el libro de Andrés Rivera, de igual título.... 

está en un blog firmada por Christian Trotta



La revolución es un sueño eterno. Para hacer una revolución hay que estar enamorado. Enamorado de ese hombre nuevo al que vamos a buscar. No hay que escatimar en nada, no hay que poner peros, se revoluciona y listo. No hay que caer en mediocridades y en incertidumbres. ¿Miedo? Si , el miedo existe, paraliza, pero la revolución es más poderosa. Revolucionar no sólo es agarrar un arma y matar a tu enemigo, sino es hacer un cambio profundo. Cambiar de raíz y encontrar a ese hombre o mujer nuevos que tanta gente busca en ciudades como esta.



No puedo entender como jóvenes de 20 a 30 no buscan su propia revolución y andan enfermos y adormecidos por este sistema que todo te da en la boca y no deja que nuestra imaginación trascienda.



Compras, viajes, tarjetas de crédito, habladurías, todo contribuye a que reproduzcamos el sistema.. Todo contribuye a que sólo hagamos actividades que necesitan ir y abandonar si queremos, y eso lo llevamos a todo espacio de nuestra vida. Comenzamos algo y lo dejamos enseguida. Nada nos llena, nada nos completa, NADA NOS COMPLETA. Todo es efímero, la felicidad está volcada en una simple adquisición material y no espiritual. Por eso, la gente no es feliz, por eso no disfruta de las pequeñas cosas.



¿Y el amor? No existe. En estos tiempos el amor no existe. Muchos dicen que sí pero nadie lo demuestra. Nadie deja nada, nadie se juega por el otro. Todos juegan a lo seguro, cómodos y fáciles, mueven las piezas más fáciles de mover. Nadie busca su revolución, nadie quiere dejarse revolucionar por el amor.



Amor. Nadie entiende que esta palabra está sobre todo. Sobre cualquier cosa. Sobre el dinero, sobre los amigos, sobre la familia, sobre el trabajo, sobre el estudio. SOBRE TODO. Quizás sea muy romántico, pero les puedo asegurar que se puede vivir de amor, pero no se puede vivir sin él. El que a él lo tiene, tiene todo, es feliz, es millonario. Es el verdadero revolucionario del siglo XXI.



Tiene sus complicaciones, tiene sus chicanas, tiene sus debilidades, pero aquél que lo puede trabajar y entender, es distinto. Es feliz.



Comienza a disfrutar de las pequeñas cosas, de aquellas que no se venden en centros comerciales, en locales de marcas, que no están a la moda.



Es difícil de entender, pero la revolución siempre llama a tu puerta, el tren siempre pasa. Algunos se suben, otros no.



Ya no vendrá ninguno de los más grandes revolucionarios del siglo XX para darnos la razón, todos murieron en sus propias creencias y todos trascendieron. Todos vencieron a la muerte por la simple razón de dejarse enamorar de las pequeñas cosas. Guevara, Chico Mendez, Emiliano Zapata, Gandhi, La Madre Teresa, Mather Luter King, y muchos otros que fueron insurgentes y no se dejaron vencer por este mundo que agobia.



Ven y llena tu Zócalo de millones de personas, ven y toma tu Habana, ven y pelea por los sin tierras del Brasil, ven y pelea contra Inglaterra vestido simplemente con una sábana, ven y fírmale la guerra a tu propio país (capital del imperio mundial). Simplemente ven y realiza tu propia revolución interior y ciérrale la boca a todos diciendo “disculpen las molestias, esto es una revolución”.



Disculpen pero yo quiero amar, disculpen pero yo quiero enamorarme de las pequeñas cosas, disculpen pero yo no quiero usar ropa de marca, disculpen pero yo no quiero felicidad efímera, disculpen pero yo quiero mirar a los ojos y entender sin hablar. Disculpen pero yo quiero criar a mis hijos en libertad, disculpen pero yo quiero elegir a mi mujer por su corazón y no por su belleza exterior, disculpen pero yo no voy con ustedes, yo me quedo mirando a esa mariposa que vuela en medio del embotellamiento.



La revolución es un sueño eterno, me ayuda a caminar y mirar para adelante.




Christian Trotta

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"Hoy nos encontramos en una nueva fase de la humanidad. Todos estamos regresando a nuestra casa común, la Tierra: los pueblos, las sociedades, las culturas y las religiones. Intercambiando experiencias y valores, todos nos enriquecemos y nos completamos mutuamente. (…)

(...) Vamos a reír, a llorar y a aprender. Aprender especialmente cómo casar Cielo y Tierra, es decir, cómo combinar lo cotidiano con lo sorprendente, la inmanencia opaca de los días con la trascendencia radiante del espíritu, la vida en plena libertad con la muerte simbolizada como un unirse a los antepasados, la felicidad discreta de este mundo con la gran promesa de la eternidad. Y al final habremos descubierto mil razones para vivir más y mejor, todos juntos, como una gran familia, en la misma Aldea Común, bella y generosa, el planeta Tierra."

Leonardo Boff, Casamento entre o céu e a terra. Salamandra, Rio de Janeiro, 2001.pg09

Hacia un Socialismo Nuevo La Utopía continúa

¿Qué cambios hemos experimentado en función de las lecciones que nos ha dado la historia? ¿Qué actitudes, qué acciones son de esperar hoy de una militancia socialista? Nadie nace socialista, el socialista se hace. Personalmente y comunitariamente. Hay valores referenciales, eso sí, que son columnas maestras del socialismo nuevo: la dignidad humana, la igualdad social, la libertad, la corresponsabilidad, la participación, la garantía de alimento, salud, educación, vivienda, trabajo, la ecología integral, la propiedad relativizada porque sobre ella pesa una hipoteca social.

La Utopía continúa, a pesar de todos los pesares. Escandalosamente desactualizada en esta hora de pragmatismo, de productividad a toda costa, de postmodernidad escarmentada. La Utopía de que hablamos la compartimos con millones de personas que nos han precedido, dando incluso la sangre, y con millones que hoy viven y luchan y marchan y cantan. Esta Utopía está en construcción; somos obreros de la Utopía. La proclamamos y la hacemos; es don de Dios y conquista nuestra. Con esta «agenda utópica» en la mano y en el corazón, queremos «dar razón de nuestra esperanza»; anunciamos e intentamos vivir, con humildad y con pasión, una esperanza coherente, creativa, subversivamente transformadora.

Pedro CASALDÁLIGA

Para probar si sos human@


UTOPÍAS


Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías

cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza

cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea

cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada

cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo / mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos
cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro

cómo voy a creer / dijo el fulano
que la útopia ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía


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Escrito por "Mario Benedetti"
Tomado de "Praxis del fulano" del libro "Las soledades de babel"

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